09 enero, 2018

El juego de la corona

Título: El juego de la corona
Título en inglés: The crown's game
Autora: Evelyn Skye
Saga: El juego de la corona #1
Editorial: Nocturna
Páginas: 431
Precio: 16€
Sinopsis: Vika Andréieva puede invocar la nieve y convertir la ceniza en oro. Nikolái Karimov puede ver a través de las paredes y crear puentes de la nada. Ambos son encantadores, los dos únicos de Rusia, y el zar necesita uno de consejero. Sólo uno.

En el pasado, la convivencia de varias personas con habilidades mágicas en la corte ocasionó grandes rivalidades y conflictos. Por eso se creó el Juego de la Corona, un duelo de hechizos donde sólo hay dos opciones: ganar y convertirse en el mago imperial... o perder y ser ejecutado.


Vika y Nikólai son dos jóvenes magos que han estado toda su vida entrenando para ser magos del Zar de Rusia, pero ambos desconocen la existencia del otro y piensan que son los únicos encantadores de todo el zarato. Para su sorpresa, un día son convocados con el fin de anunciarles que deben competir  para conseguir el puesto de mago imperial. Pero no es una competición normal, ya que sólo puede quedar uno... y eso significa que el perdedor será ejecutado.

Para las que me seguís en Bookstagram, sabréis que la reseña de hoy es sobre el primer libro que hemos leído en el club de lectura , y a modo de "spoiler" os puedo adelantar que ha sido un acierto. Como veis, la idea principal puede recordar al inicio a la de Los juegos del hambre una saga juvenil que todas conocemos. Sin embargo, según se avanza en la historia, la trama se va enfocando más en la relaciones de los personajes  entre sí que en el propio juego. Sí, el duelo mágico no está suficientemente explotado. Y sí, no tiene tanta acción como cabía esperar; pero, para mí, no ha sido decepcionante. Todo lo contrario, he disfrutado muchísimo el rumbo que iba tomando la historia y me he sorprendido tanto con las subtramas que iban apareciendo como con la forma en que se entretejían, dando pie a una trama más compleja de lo que pintaba al inicio. 

El ritmo de lectura es súper rápido. La narración, relatada por un narrador omnisciente, alterna las perspectivas de Vika, Nikolái y Pasha, el futuro zar, así como las conexiones entre las historias de cada uno. Es decir, a lo largo del libro contemplamos escenas compartidas desde la visión propia de cada personaje y sus respectivas bifurcaciones en la trama, lo cual es algo que siempre me ha gustado mucho. Los capítulos tienen una longitud variable; algunos son extremadamente cortos, mientras que otros son medianamente larguillos, por lo que la novela realmente se devora con muchísima rapidez.

Respecto a los personajes, todos, incluso los secundarios, me han parecido simplemente geniales, aunque un poco carentes de esencia, de esa chispa que les hace inolvidables. La psicología de cada uno está bien construida y todos tienen una personalidad única de la que conocemos poco a poco algunos detalles, si bien resultan un poco clichés y faltos de originalidad. Aún así, es sencillo congeniar con ellos y empatizar con sus acciones.

Vika destaca por su independencia, su descaro y su buen corazón, pero es muy prototipo Bella: una huérfana de madre solitaria a la que todos en la aldea dan de lado por ser diferente; Nikolái es el típico héroe de la literatura juvenil, perfecto y encantador, con un pasado difícil; por último, Pasha, un elocuente niño rico que no quiere heredar el imperio de su padre ni sus responsabilidades, sólo piensa en divertirse y pasar desapercibido entre su pueblo, ayudándolo siempre que tiene ocasión. Pese a que son roles recurrentes, en realidad se les coge cariño a todos.

En este aspecto, un punto que no ha terminado de convencerme ha sido el extraño instalove casi bien llevado de la historia. Y digo casi porque no me resulta del todo realista que, estando bajo la perspectiva de "matar o morir", pueda surgir algún tipo de sentimiento romántico por alguien que está intentando asesinarte en todo momento. Uno de los dos va morir sí o sí, señores, que la relación está abocada al fracaso desde antes de empezarla... Sin embargo, ignorando la parte racional, me parece que está bien llevado porque, primero, tiene una aparente justificación, y segundo, estas cosillas las tienen en cuenta los protagonistas a la hora de sincerarse consigo mismos acerca de sus sentimientos, por lo que no es un enamoramiento loco y hormonal.

La ambientación ha sido quizá lo más flojo de la novela. Si os soy sincera, esperaba sumergirme en los escenarios y disfrutar de la estética rusa del siglo XIX, pero Evelyn ha sido demasiada técnica en las descripciones. Para mi gusto, no daba espacio a la imaginación porque, aparte de nombres de calles, plazas y ríos, realmente no describía casi nada. Este punto para mí es muy importante, ya sabéis lo muchísimo que disfruto de una buena ambientación, por lo que me duele en el alma encontrarme con libros que flaquean en este sentido.

Me estoy dando cuenta que está quedando una reseña un poco hater y esa no es mi intención. En realidad es una novela que me ha sorprendido, pero que tiene sus cosas buenas y malas, como todo. ¿La recomendaría? Of course. De hecho, estamos esperando con mucho hype que llegue el jueves y que empiece el club para empezar la segunda parte, El destino de la corona.


¿Qué os parece? ¿Le daríais una oportunidad a la historia?

2 comentarios:

  1. Hola, B. Tengo sentimientos encontrados porque no eres la primera que menciona dos cosas: el instalove y la falta de ambientación para hacerte sentir "rusificado". La verdad es que amo y adoro Rusia y a pesar de los puntos flacos si me lo quiero leer próximamente, suerte con la segunda lectura conjunta, yo esperaré tu reseña, jeje.

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  2. ¡Hola, Bea! Lamento no comentar con mucha frecuencia, pero últimamente estoy sin tiempo y en los ratos libres sólo me apretece relajarme, leer y hacer crochet, ja, ja,ja.
    La novela me llama la atención, así que me la anoto, aunque tendré también en cuenta las carencias que señalas, porque creo que la ambientación es muy importante en una novela.
    ¡Un abrazote!

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